Cómo funciona un clorador salino

Cómo funciona un clorador salino

Entre los sistemas tradicionales más comunes para el tratamiento desinfectante del agua encontramos el uso del bromo y principalmente el del cloro. Lo cierto es que, la continua exposición a tales productos químicos cuando disfrutamos de nuestros baños en la piscina pueden generar numerosos problemas de salud.

¿Qué es la cloración salina?

Hoy día, encontramos, en el sector de las piscinas una amplia gama de tratamientos alternativos que reducen la presencia de estos productos químicos en el agua.

Cada vez son más los usuarios que optan por la desinfección con compuestos minerales (cobre o zinc): por radiación ultravioleta, ósmosis inversa, filtración por diatomeas, ozono, cloración salina… Todas las alternativas son eficaces para el tratamiento y desinfección del agua de nuestras piscinas.

Varios estudios, revelan que estos métodos alternativos de desinfección generan una mayor satisfacción, tanto en trabajadores como en usuarios de piscinas, que perciben menos problemas de salud. En este post se detallan las ventajas y funcionamiento de los sistemas de cloración salina. Pero vayamos por partes.

Lo primero será explicar ¿Qué es la cloración?

La cloración es un procedimiento de esterilización y desinfección del agua mediante el uso de cloro o compuestos clorados. Su acción germicida erradica las bacterias, mohos y algas. Con ello, al erradicar los agentes patógenos conseguimos eliminar las enfermedades trasferidas por el agua como pudiera ser: el cólera, fiebre tifoidea, disentería o hepatitis A.

Y ahora sí, la cloración salina en piscinas

Para conseguir la desinfección deseada en nuestra piscina a través de la cloración salina no basta con echar sal como muchos piensan.

Funcionamiento de un clorador salino

El método consiste en añadir cloruro sódico, lo que comúnmente conocemos como sal (NaCI) al agua de nuestra piscina. 6 kilogramos de sal por metro cúbico de agua será suficiente para conseguir un antiséptico natural. Esta concentración salina es aún menor que la que encontramos en una lágrima del ojo humano y ocho veces menor que la concentración de sal que encontraríamos en el mar.

El proceso de la Electrólisis Salina:

Para conseguir producir cloro a partir de agua salada necesitaremos instalar un aparato de cloración. Que consta de una célula y dos electrones (de polaridad positiva y negativa) que permite realizar una de las fases clave llamada electrólisis.

La electrólisis es un proceso sencillo mediante el cual se consigue separar los múltiples elementos de un compuesto mediante la aplicación de una corriente eléctrica continua. En el caso que nos ocupa, la electrólisis será capaz de separar el oxígeno, el hidrógeno y todos los demás componentes que estén presentes en nuestras aguas como sales, y otros minerales. Una vez separadas las sustancias, en los electrodos se produce una transferencia de electrones entre estos y los iones produciendo sustancias nuevas.

Resumiendo, el proceso de electrólisis salina sería el siguiente:

  1. Primero el agua salada de nuestra piscina pasa a través del clorador.
  2. La sal disuelta se transforma en hipoclorito sódico (NaCIO) que disuelto en agua, resulta un potente desinfectante. Además, la célula generará automáticamente un cloro libre (Cl2) que no se degrada. Así evitando las indeseadas y tóxicas cloraminas, que se destruyen durante el proceso.
  3. Este cloro, que se convertirá en sal otra vez, será capaz de erradicar las algas, bacterias y microorganismos patógenos que pudiéramos encontrar en el agua de nuestras piscinas.

El proceso es continuo y cerrado, por lo que no resultará necesario volver a añadir mas sal. No obstante muchos equipos de cloración salina actuales incluyen una sonda de orp, que, instalada en el tubo de retorno del agua, será capaz de medir la cantidad de cloro o desinfectante que tiene la piscina en ese momento.

Producir cloro hasta estabilizarlo en niveles óptimos.

La cantidad de cloro que seremos capaces de producir gracias al proceso de electrólisis dependerá fundamentalmente de la salinidad del agua, del tamaño de la misma y de la calidad y limpieza de los electrodos. Otro factor influyente será la intensidad de corriente aplicada.

Hoy día, la gran mayoría de los sistemas de cloración salina que encontramos en el mercado, incluye: ciclos de auto-limpieza automáticos, cambiando periódicamente la polaridad de los electrodos, asegurando, así, que la cal no se quede incrustada dañando el sistema y haciendo los sistemas mucho más longevos.

Otra de las ventajas de los cloradores salinos actuales son sus reducidas dimensiones y que suelen venir con controladores automáticos de pH incluidos.

En definitiva, una solución perfecta para purificar y mantener en perfecto estado el agua de nuestras piscinas.

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