El cloro puede ser perjudicial para la piel en concentraciones altas o si se está expuesto a él durante largos períodos. El contacto prolongado con niveles elevados de cloro en el agua de la piscina puede causar irritación, sequedad, picazón o enrojecimiento en algunas personas. Para minimizar el impacto en la piel, es recomendable ducharse después de nadar para eliminar los residuos de cloro y utilizar lociones hidratantes para mantener la piel saludable. Además, el uso adecuado de productos para el cuidado del agua y el mantenimiento apropiado de los niveles de cloro en la piscina pueden ayudar a reducir cualquier irritación potencial en la piel.